Published: Jun 29, 2012 Pages: 70 Impressions: 1000
CUANDO
HABLAR CLARO ES NECESARIO PARA QUE EL DOLOR SEA UN
BÁLSAMO
Prólogo
1:
Ángel
Muñoz sobre los poemas de Lucía Fraga.
No es fácil
construir prólogos. No, definitivamente no lo es. Pero si una poeta tan
camaleónica como Lucía Fraga pone sus tripas encima de la mesa y con ello te
facilita la labor, es algo que el encargado de estas líneas
agradece.
Que el dolor o
el sexo nos mueva a escribir poesía, en principio, no aporta ninguna novedad a
lo hasta ahora existente. Pero sí es cierto que hay algo irreprochable en las
líneas de la autora: la obligación de expresarse con la mayor claridad posible,
el apego a un lenguaje directo y en ocasiones soez para sacar ese dolor que roe
las entrañas, y por encima de todo la obsesión de no reprimirse. Sí, que quede
claro, la obsesión de no reprimirse en momento alguno.
Os preguntareis
dónde está la innovación, y yo os podría responder con una aseveración muy
breve: Lucía Fraga es así. Y esto, mal que nos pese, es una cosa que es bastante
extraña a día de hoy. Los poetas, últimamente con mayor frecuencia, dan vueltas
y más vueltas sobre sí mismos con tal de mostrar un repertorio retórico que,
muchas veces, siquiera alcanzan a comprender ellos mismos. Otras, caen en los
tópicos tan manidos en cuanto a sexo, dolor y psiquis se refiere la cosa. Pero
esta señorita se desenvuelve con la necesidad, sí la necesidad y la maestría de
quién sabe que lo malsonante es preciso cuando lo es y el lirismo no deja de
tener cabida en lo que pueda “tacharse” de ordinario. Prueba de ello ese
magnífico verso que enfatiza uno de sus poemas: “me colocaba flores de aire en el
pelo”.
En el momento
que ha quedado claro que andarse por las ramas y las dobleces, en este libro a
cuatro manos, es algo que no casa con él, toman al asalto la primera línea de
combate unos aspectos que preocupan y mucho.
La sangre, el
fetichismo, la carne magullada, el fracaso y la humillación vistos desde ambos
lados, desde el que castiga o desde el que lo sufre. Jugar a ser esquivo con
unos sentimientos que no puede, siquiera, la autora esconder entre líneas.
Pensar en la penitencia como salvación, y quizá lo más importante de todo:
hablar de penes, besos, vaginas, botas con la necesidad y la seguridad con la
que lo logra, es algo tan bestialmente feroz y real que nos hace, al menos al
que suscribe, sentir por un momento primero piedad, después deseo hacia ella y
finalmente, levantarnos de nuestro asiento para aplaudir los ovarios/cojones que
muestra al contar algo que a todos, repito, A TODOS, nos ha obsesionado y
apasionado alguna vez.
Consigue que el
gusano que llevamos dentro se vuelva a arrastrar ante la impotencia de no estar
a la altura, de no ser lo bastante inteligentes para que el dolor termine
convirtiéndose en un bálsamo que sana, incluso, las llagas de unos seres que se
suponen están ahí para ofrecerte todo a cambio de nada. Una familia a la que
poco le importa que la madrugada te coma el hígado. Que las pestañas se
resquebrajen por un estado etílico consentido.
Y es que no hay
cosa peor que nadie oiga tus gritos.
Ángel Muñoz
LAS COSAS,
MUCHAS VECES, SON MÁS SENCILLAS DE LO QUE APARENTAN
Ángel Muñoz, 2 prólogo
a Dead Zone (o falso epílogo).
Siempre me ha
parecido una falta de respeto con o hacia el lector contar, en un texto previo
titulado prólogo, lo que más adelante se va a encontrar. Asimismo me resulta
inservible, por no decir estúpido (bueno ya está dicho), la función de un
epílogo en cualquier libro.
¿Para qué sirve
un prólogo si su tarea no es la de aportar algo más al contenido que
precede?
¿La función del
epílogo solamente es para alabar lo magnífico que es el poemario o la novela de
fulanito de tal, cuando siquiera se ha tomado la molestia (el escritor del
susodicho epílogo) de leer en profundidad o meterse en la piel del propio
autor?
Son premisas que
con el paso del tiempo he ido adquiriendo, y a pesar de que trato de evitarlas
no puedo dejar de caer, aunque sea mínimamente, en la tentación. Prueba de ello
son las líneas que trazo sobre la obra de Lucía de Fraga, su aportación a este
DEAD ZONE, tan magnífica como arriesgada. Sin embargo, sí quise dejar la puerta
abierta a cualquier interpretación del lector. Interpretación perfectamente
válida como la mía.
Sin más
circunloquios no quiero, erróneamente, centrarme en los poemas de Vara, sacar mi
visión y plasmarla aquí sin ningún miramiento. Esa tarea se la dejo a aquellos
capaces de entender los versos y permitirse el lujo de aclarárnoslos, pues no
todo el que lee poesía sabe lo que lee muchas veces. Yo no soy de esos, mi
mástil no es el de esclarecer. Es preferible, por lo menos bajo mi humilde punto
de vista, plantearse lo siguiente: ¿quién es este señor?, ¿quién es Vara y qué
intención tiene con todas las tareas que afronta a través de su editorial
NEURÓTICA BOOKS?
Vara es un ente
que desde que estoy anclado en el mundo blogger tiene un deseo muy claro. Y ese
no es otro que el de provocar al lector. Provocar mediante aspectos que algunos
podrían tachar, quizá, de escandalosos, pero aspectos que a ti, a mí y al vecino
de enfrente le interesan, aunque sea por puro morbo, y usando esa canal de
comunicación, tan válido como otro cualquiera, mueve la cultura e incluso, no sé
si consciente o inconscientemente, va mucho más allá: hurgar en aquellas mentes
atrofiadas por una sociedad de consumo empeñada en etiquetar todo lo que se le
pone por delante, y lograr un mínimo de remordimiento con el que nos planteemos
si las formas que estamos usando para salir de los escaparates son las
adecuadas.
Ver que esas
opiniones tan placenteras, realmente, están ahí en cada uno de los proyectos que
afronta este señor multidisciplinar afincado en Cataluña, no es algo fácil. Lo
jodido de todo es que habrá mucha gente que no se sienta interesada por esta
labor. Allá ellos.
No vale ver el
morbo del sexo, la rabia del dolor en el amor o desamor en sus versos o en las
interpretaciones de los poemas de Lucía. No, eso no es suficiente.
Es tan obvio
como ponerse a leer y a continuación pensar. Sí, has oído bien, pensar. No es
tan difícil, créeme.
Las cosas,
muchas veces, son más sencillas de lo que aparentan. Se lo dice un
tuerto.
Published: May 2, 2012 Pages: 121 Impressions: 3970
Page 27
Francesca Woodman Poetic Project
Imaginarse lejos de su pequeño piso. Aquel era su espacio de creación, dónde intentaba captar la esencia misma de la luz y la verdad de los cuerpos. Francesca suspiró y encendió otro cigarrillo. Ella quería quedarse allí, quizás para siempre. Tanto frío sintió que al final se levantó, lentamente, como una vieja con huesos de cristal. Entonces recordó que el amor era una herida abierta de par en par que ya no le pertenecía. Francesca quiso llorar, pero sus ojos eran dos pesados ceniceros preñados de colillas. Su boca pastosa le trajo a la memoria viejos besos borrachos. Nudos de alquitrán sujetaban sus muñecas. Un día fue capaz de captar la luz con sus manos, la belleza de lo irreal. Pero ella ya no sabía cómo continuar con su trabajo. Ya no era capaz de captar la magia de los cuerpos desnudos, ni la verdad de su propio rostro. ¿Qué haría si los pájaros la abandonaban para siempre? El frío, como si fuera su señor, la había poseído. “¿A dónde iré, si ya no puedo crear? Mi cabeza es un laberinto lleno de enredaderas. Trepo por ellas, me subo por las paredes, arranco el papel de flores, me lo como con desdén, pero no soy capaz de encontrar la luz en esta habitación. Y el frío como un puñal me arrebata las ideas. Una a una. La ventana es como una boca desdentada y sucia que me insulta. Yo antes era… Francesca Woodman, y creaba bellos universos borrosos y etéreos, como mi propia vida. ¿A dónde han ido? Tengo algo roto aquí dentro, algo pesado que tira de mi hacia abajo. Pero sé que en el fondo no hay nada. La inspiración ha salido volando por la ventana. Volando, lejos de mis manos.”
Ella se mira reflejada en el cristal, y toma una decisión. La que de una vez por todas la hará inmortal e imperecedera. Como sus fotografías, Francesca se desdibuja para decirnos algo. Sólo hay que escucharla con los ojos bien abiertos. Entonces, de alguna manera comprenderemos porqué Francesca Woodman dejó de ser para habitar en sus fotografías.
Allí, la luz es clara y los pájaros siempre cantan al amanecer.
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Francesca Woodman Poetic Project
En este instante, ha quedado capturado el movimiento. Y yo, paralizada, dejo que tus extremidades sean una extensión de las mías, sincronizando tu pálpito con mi hálito, pasto de distorsión. En este instante, ha quedado bloqueada la gravitación planetaria, pero tú abrazas esa ausencia y creas una atmósfera resplandeciente donde orbitar sin restricción. El centro está tan lejos que siento que podrías salir despedida en cualquier momento. Momento, cápsula de eternidad que viene a curar nuestro espacio y nuestro tiempo.
En este instante, la velocidad de tus pupilas hace que todas las habitaciones se desnuden y empiecen a hundirse los edificios, precediendo la caída de las ciudades, de los imperios y los siglos. En este instante, enamorarse y tocar el vacío es la mejor opción, si es que hay opciones posibles en este cúmulo de errores sólo generables por la humanidad. Porque la acción es invisible y la reacción reversible, aquí y hoy. En este instante, estamos despertando del sueño de vivir y nos lavaremos la cara con un legado de realidad bien desenfocada, donde el resultado ha dejado de tener valor y su sucesora es la intención. Yo ya he estado aquí, pero no fue en el futuro ni tampoco en el pasado, fue en este preciso instante.
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Francesca Woodman Poetic Project
Tantas veces huyendo que no logro distinguir una entrada. Dimensión afectada por la caricia de tu retina. Perspectiva mutante y perenne, con tu luz haciendo un mundo y tu sombra el agujero negro por el que quiero mirar. Yo no concibo que hayas sido arrastrada desde tu posición inicial, casi alegórica, hasta esta grieta que empieza a ser guarida de todos los vacíos. Tu violento equilibrio desafiando las leyes que no se han de nombrar. Imagen sin semejanza. Y no te nombro, gravedad.
Declinado el propósito, voluntad yerma enfundada por un marco de soledad y esquinas rotas, diviso a distancia los habitáculos no iluminados, sólo insinuados, esperando a que me escupas con tu misterio en la boca ninguna respuesta. La pregunta definitiva carece de ella. Y por las vetas de la madera ajada, enmudecen los gritos de quienes palparon tu anatomía rasa y desgastada, dejando paso a un silencio hecho universo, cercano al de un corazón que se ralentiza hasta parar. Y tú, sostenida tecla negra sobre pared blanca, me susurras esa canción triste todavía no inventada, inmutable y estática, mientras tu arquitectura imposible hace transmutar la observación en percepción, cada vez más dilatada, hasta acercarme al bienaventurado ensayo, cortesía de Huxley. Siendo ésta la invitación, cruzo la puerta, aunque tantas veces huyendo no me permitan, tampoco, distinguir una salida.
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Francesca Woodman Poetic Project
Cordura, no me abandones ahora, hoy no me apetece flotar entre nubes, Ni quiero ser juguete constante del miedo a despertar y respirar colores. Hoy no bebí el café de la mañana, me sabía a concreto. Los pájaros en el marco de la ventana me taladraron las orejas. Este disfraz de piel ya no me permite esconderme. Espero fugarme por el drenaje .Partiré en busca de la luz proyectada al interior de mis fosas nasales. No quiero sentir esos enormes grillos que raspan con su patas la punta de mi lengua. Por favor, No te rías, No seas infame. Te suplico que no me dejes mirando por la fisura en la madera de la puerta. Pues ya no quiero volver ahí, a la humedad, al goteo, a la angustia que genera el pensar que el cielo es el lavabo. No pretendo que la dolorosa luz me sorprenda aferrada a mis viejas sabanas. Imploro que no me dejes aquí, intentado encontrarte en el espejo roto. ¿Es que no ves que ya no quiero dialogar con el lápiz labial? Por favor, no permitas que le haga al amor al papel tapiz, ni que el piso me bese la espalda. Temo salir en tu búsqueda, y extraviarme entre botellas vacías o, en el intento de fumarte, descubrir que te has marchado junto con el humo muerto. No me impongas al olvido como único compañero. Bien sabes que el silencio pesa mucho más cuando uno mismo es ausencia. Hoy, le temo a la ira que habita en esas pausas, entre la respiración. Por favor, que ya voy sintiendo como mis parpados se secan. Y es que hoy estoy hecha de meros artificios. Hoy soy muro. Hoy Soy umbral. Te suplico cordura, que esta noche No dejes con esa otra yo. Esa, la que espera el momento oportuno para inhalarme a través de la pared.
Estamos aquí, mutando. Apenas sin hacer ruido. Soñando lo que queremos ser. Noche infinita. Susurro. Arcoiris invisible. Luciérnaga de emoción. Hoy las vidas son un caos y hacemos estudios teóricos sobre el suicidio, sólo con la intención de "verlo venir", porque el mundo escupe hacia abajo, en el abismo insondable de la tristeza impuesta por los poseedores de la verdad absoluta, que mienten como perfectos autómatas del sinsentido. Estamos aquí, mutando. Y la música que nos apacigua y nos da alas invisibles para volar en un cielo fragmentando que estalla en colores de vino y acuarela maldecida por ojos ciegos, donde el temblor se torna norma tras vaciar cinco vasos de ginebra de un solo trago. Hembra muerta. Macho despojo. Cura podrido y mortaja de infiernos. Mareva en el corazón, penetrando como bisturí de fiebres. Todos nacimos rotos por dentro y ahora, encima, nos cobran un euro por las tiritas que no sirven de nada, tan solo de PLACEBO.
La sed y la tristeza, en la misma garganta, construyen la rabia, no quiero contener mis ganas de decir por buscar el grito que está encima de mi horizonte, decide el sudor en qué línea se coagula la sangre, para la infamia y mis días de abandono mojados en el afuera, de soledad y destino, la lluvia de hoy se mete en mis ojos y me dibuja en la nostalgia un desguace de vehículos, no quiero oír hablar de reescritura, si ya una vez es mordisco, dos veces es gilipollez, fermentaron las uvas en tu hígado y la calma es la siguiente puerta, no la abriremos, porque no está resuelta la muerte, hemos oído y oído razones para asociarnos, comulgar lágrima con lágrima en el mercado de los lamentos y hemos oído como entre muchos, las mentiras se vuelven consuelo, como entre muchos, los cuchillos se hacen escaleras y la murga, balcón, pero no lo haremos, nosotras no, porque aprendimos a besar en los entierros, lavándonos la mejilla de los virus de las babas y rezando porque la muerte no tenga tantos reparos, ni los cadáveres problemas de melancolía, éramos dos zarzas en un zarzal agonizando por deszarzarnos de tanta espina y sólo cuando el incendio ensalzamos las agujas para en la cordura de los otros, clavárnoslas en el cerebro, somos dos putas extrañas, no sabemos ser dos, ni queremos ayudarnos, porque mejor y lo sabes bien, no mezclar metralla.
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Infecciones, de Mareva Mayo
Suda en mi pared el recado de las sombras que advierten el desalojo de mi cuerpo sobre mi casa nunca fue mi casa, nunca estuve entera, ni dije yo con el convencimiento de serlo es lo apátrida de mi pensamiento en el pensamiento que se confunde con una persiana bajada o con alguien que se aleja barreré la ceniza y tiraré papeles, muchos intentos exiliados de reconstrucción pero no será mi asiento aunque permanezca días quieta en el, no será mi espejo aunque sea lo único que refleje una habitación parecida a mi habitación y cuando cierre la puerta y la noche se aloje en una mancha negra no será la noche la que quede en mis ojos cerrados ni será la habitación en el sueño del vino cuando entres silenciosa y me mires por la espalda y yo no me gire y tú no digas nada como si no estuvieras y yo haga que no me doy cuenta de que estás detrás de mí, queriéndome y calle para quererte, para poder huir, para entender el precio de permanecer en la sellada promesa que destruye mi ventana y hace que el único país sea el que no se siente.
Presentación editorial underground Neurótika Books con performance poético musical de: Nebur Seth Onilecram (bases musicales, voz) Kalina M. Minkova (performer) Bruno Millán Narotzky (violín) Grabado por Vara en Casal Civic Pomar, Badalona DF.
Pomar. Badalona DF. Fiesta aniversario 25 años biblioteca Pomar.
invitada especial:
Kalina M. Minkova
Y otra vida más desaparece en la nada, Y otra vida más no está ya, no está ya, Y otra vida más no importa si no vende De otra vida más la muerte, la muerte.
A peor, a peor, este mundo va a peor No-humanos, robotizados, paralizados con pavor insensibles, corrumpibles, nunca sentirán este dolor. No importa si son miles, si no es él o no soy yo....